El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en 2024 ha desatado un amplio debate sobre el futuro de los casos penales en su contra. Con cargos federales relacionados con el manejo indebido de documentos clasificados y la supuesta interferencia en las elecciones de 2020, el nuevo poder presidencial de Trump podría desempeñar un papel importante en estos procedimientos. Como presidente, tiene influencia sobre el Departamento de Justicia (DoJ), lo que le permite potencialmente influir en decisiones o nombrar nuevos funcionarios que podrían alterar el curso de los casos. Esta influencia plantea interrogantes sobre si algunos o todos los cargos federales podrían ser desestimados bajo su administración.
¿Qué pasa con los casos estatales?
A pesar de la autoridad que Trump tiene sobre los asuntos federales, los casos en Georgia y Manhattan son bestias diferentes. Estas persecuciones a nivel estatal están fuera del control presidencial y seguirán siendo supervisadas por los tribunales estatales. Sin embargo, los expertos legales sugieren que estos casos podrían ser retrasados o obstaculizados debido a las nuevas protecciones presidenciales de Trump. Un reciente fallo de la Corte Suprema de EE. UU. que otorga a los presidentes en funciones ciertas inmunidades por acciones tomadas durante su mandato podría agregar otra capa de complejidad a cómo avanzan estos casos. Además, Trump podría usar su posición para retrasar aún más los procedimientos o incluso explorar la controvertida opción de autoindultarse por delitos federales, aunque un movimiento sin precedentes como ese probablemente provocaría importantes batallas legales.
¿Qué significa esto?
La segunda presidencia de Trump podría impactar significativamente los casos penales en su contra, creando posibles obstáculos para la persecución y abriendo nuevas dinámicas legales y políticas. Si bien su influencia podría ayudar a mitigar los cargos federales, los casos a nivel estatal siguen siendo un desafío formidable que podría poner a prueba los límites del poder presidencial y el precedente legal. Ya sea a través de retrasos, maniobras legales o el nombramiento de aliados en posiciones clave, el enfoque de Trump probablemente mantendrá estos casos en los titulares y a los expertos legales en alerta.