Un token digital inspirado en la popular serie surcoreana de Netflix Squid Game perdió prácticamente todo su valor al revelarse como un aparente fraude.

SQUID, que se promovía como una criptomoneda de "jugar para ganar", experimentó un enorme aumento de precio en cuestión de días, disparándose miles de puntos porcentuales.

Una de las críticas principales fue que no permitía a los inversores revender sus tokens. Este tipo de estafa es comúnmente conocida como un "rug pull" entre los inversores de criptomonedas. Ocurre cuando el promotor de un token atrae a compradores, detiene la actividad de trading y desaparece con el dinero recaudado de las ventas.