Cuando empiezas a hablar de dinero con ChatGPT, se emite una gran advertencia al dejar claro que no está hecho para eso. Hágale preguntas sobre cómo ganar dinero y probablemente responderá con cautela, incluso en tono sermoneador. Este posicionamiento sugiere que ChatGPT no está ahí para hacer avanzar a la humanidad, sino que, por el contrario, desempeña un papel que parece obstaculizar el empoderamiento de los individuos y puede incluso empeorar las desigualdades entre ricos y pobres.

### ChatGPT: una IA “sentimental” sin impacto real

Detrás de esta fachada de asistencia y amabilidad, ChatGPT en realidad carece de sentimiento o empatía genuinos. Aunque está programado para responder cortésmente y animar, no comprende realmente las dificultades financieras que enfrentan muchos usuarios. Además, está estructurado para evitar sugerencias que puedan generar beneficios económicos reales, limitándose a generalidades o consejos básicos, o incluso inútiles.

### Respuestas inadecuadas que dificultan el éxito

Tomemos un ejemplo concreto: al intentar desarrollar un programa para rastrear tokens u obtener recomendaciones efectivas en blockchain, el consejo de ChatGPT condujo a errores costosos. En lugar de sugerir plataformas emergentes o blockchains exitosas como Solana, a menudo se refiere a elementos obsoletos o tecnologías incompatibles, como Ethereum en algunos casos. Esta falta de precisión hace que parezca que la IA está diseñada para engañar, para mantener a los usuarios en un estado de estancamiento en lugar de ayudarlos a progresar financieramente.

### ¿Una herramienta inútil para quienes aspiran a la independencia financiera?

La falta de un apoyo claro a la IA en la búsqueda de la independencia económica sugiere una limitación programada. El formato del consejo sigue siendo conservador, sin ofrecer nunca alternativas innovadoras o potencialmente enriquecedoras. Si consideramos que esta IA es, en parte, producto de grandes grupos financieros y tecnológicos, es legítimo preguntarse si se restringe intencionadamente para impedir que los más modestos salgan de su condición. En lugar de promover herramientas que ayuden a generar riqueza, esta IA limita el acceso a información financiera relevante, relegando a quienes no tienen riqueza personal a posiciones económicas precarias.

En conclusión, ChatGPT y otras IA similares, lejos de ser herramientas revolucionarias, parecen calibradas para mantener el status quo, sin una apertura real para quienes buscan escapar de los patrones clásicos de pobreza. Por lo tanto, la promesa de que la inteligencia artificial sirva a la humanidad no se cumple, especialmente para aquellos que aspiran a la independencia financiera.