Si logramos llevar el precio de Bitcoin por debajo de los 61.500 USD antes de finalizar octubre, habremos reforzado nuestra narrativa bajista de manera contundente.

Las herramientas fundamentales que respaldan esta posición incluyen los eventos que se aproximan, junto con la reciente reducción de 50 BPS por parte de la FED, una medida histórica utilizada para mitigar amenazas económicas en Estados Unidos.

El riesgo de que la inflación y el desempleo aumenten fortalecerá aún más el discurso bajista, generando mayor presión sobre los activos de riesgo.