Según ShibDaily, las autoridades tailandesas arrestaron a cuatro ciudadanos extranjeros en relación con un robo de criptomonedas en Phuket. Los sospechosos, identificados como el ciudadano armenio Arman, de 21 años; los ciudadanos ucranianos Alfred, de 18 años, y Ruslan, de 22; y el ciudadano ruso Mraz, de 21 años, fueron detenidos en un hotel de la provincia de Phang Nga el 11 de noviembre. Los arrestos fueron realizados por la Policía Kamala de Phuket con la asistencia de la Policía Turística, a raíz de una orden emitida por el Tribunal Provincial de Phuket. Los cargos incluyen robo a mano armada, detención ilegal y coacción.

El incidente ocurrió el 8 de noviembre, cuando un turista ucraniano de 23 años llamado Viacheslav fue supuestamente atraído a una reunión por su amigo Alfred. Al llegar, Viacheslav fue emboscado por dos hombres enmascarados que lo atacaron, lo sujetaron con cuerdas y bridas y amenazaron con romperle los dedos a menos que transfiriera 500.000 dólares en criptomonedas. Después de las negociaciones, la demanda se redujo a 250.000 dólares. Después de la transferencia, los sospechosos ataron a Viacheslav a una cama y huyeron con más pertenencias, advirtiéndole que no denunciara el incidente. Viacheslav logró escapar, reunió pruebas fotográficas de la recepción del hotel y denunció el crimen a la policía.

Los sospechosos se encuentran actualmente detenidos en la comisaría de policía de Kamala y enfrentan múltiples cargos. Las autoridades tailandesas continúan con su investigación y han enfatizado su compromiso de proteger a los turistas y garantizar que quienes participan en el crimen organizado enfrenten sanciones estrictas. Este caso refleja un incidente similar que involucró a Dean Skurka, director ejecutivo de WonderFi Technologies, quien fue secuestrado en Toronto y retenido a cambio de un rescate de un millón de dólares. Estos incidentes subrayan las crecientes amenazas a la seguridad que enfrentan individuos de alto perfil en la industria de las criptomonedas, donde una importante riqueza digital puede convertirlos en objetivos del crimen organizado.